miércoles, 26 de mayo de 2010

Métodos de Investigación

Según el texto "Cómo Hacer una Tesis" de Carlos Sabino, existen los siguientes métodos de investigación.

He aquí un fragmento de dicho documento.


1.‑ Investigaciones Exploratorias, Descriptivas y Explicativas

Desde el punto de vista de los objetivos internos de la investigación, es decir, de acuerdo al tipo de conocimientos que se desean o pueden obtener, las investigaciones suelen dividirse en los tres tipos que mencionamos en el subtítulo."FV. Sabino, El proceso..., Op. Cit. pp. 57 a 61."

Son investigaciones exploratorias aquéllas que sólo se proponen alcanzar una visión general, aproximativa, del tema en estudio. Se realizan generalmente cuando predomina alguna de las siguientes circunstancias: a) el tema escogido ha sido poco estudiado hasta el momento y no existe sobre el mismo un conocimiento tal que permita formular hipótesis precisas o hacer una descripción sistemática; b) cuando aparecen, en un campo de estudios determinado, nuevos fenómenos que, o bien no se conocen aún exactamente, o bien no se comprenden a cabalidad sobre la base de las teorías existentes.

No recomendamos, sinceramente, que un tesista se proponga realizar una indagación de tal tipo. Por un lado porque ellas, aunque sean sin duda bien interesantes, son en realidad muy complejas y difíciles: el investigador no tiene modelos teóricos o prácticos de referencia, no hay una bibliografía amplia a consultar, el nivel de creatividad exigido es ciertamente elevado. Por otra parte, por la misma novedad del tema, existe una fuerte incertidumbre con respecto a los resultados que concretamente se podrán obtener. Es posible que el tesista, luego de mucho esfuerzo, se encuentre con las manos prácticamente vacías, o que el conjunto de sus proposiciones se asemeje más a un texto filosófico o ideológico que a un trabajo científico. Por tales razones son previsibles reacciones negativas tanto de los organismos que evalúan los proyectos de investigación como de los jurados examinadores, y el estudiante se expone a riesgos que en realidad no tiene por qué correr. Piénsese, a modo de ejemplo, en las dificultades que ha supuesto el acercarse a los fenómenos parapsicológicos, el estudio del comportamiento de animales en libertad, o el análisis de las reacciones que sufre el cuerpo humano en condiciones de ingravidez. En el caso de tesis doctorales, sin embargo, es posible a veces aceptar los retos que este tipo de investigación entraña.

Las investigaciones descriptivas se proponen conocer grupos homogéneos de fenómenos utilizando criterios sistemáticos que permitan poner de manifiesto su estructura o comportamiento. No se ocupan, pues, de la verificación de hipótesis, sino de la descripción de hechos a partir de un criterio o modelo teórico definido previamente. A nuestro entender, sobre ellas es que se edifica una enorme proporción del conocimiento científico: sin las pacientes y cuidadosas descripciones de astrónomos o naturalistas, por ejemplo, resultarían inconcebibles las modernas teorías que organizan hoy el conocimiento de esas ciencias.<$FV. Sabino, Los Caminos.., Op. Cit., pp. 33 y ss.> A pesar de esto es preciso advertir al lector que, en muchas escuelas y carreras universitarias, se tiende a desestimar tal tipo de investigación. Hay quienes tienden a pensar guiados por un criterio que no compartimos, y que parece exhibir cierto desconocimiento en materia de historia de la ciencia que sólo las indagaciones explicativas, con rigurosa prueba de hipótesis, merecen el nombre de investigación científica. El tesista, entonces, se ve limitado a encontrar su problema dentro de ese ámbito más reducido.

A nuestro entender son las investigaciones descriptivas las más recomendables para una tesis de pregrado. Ellas permiten, sin duda, poner de manifiesto los conocimientos teóricos y metodológicos de su autor, pues una buena descripción sólo se puede hacer si se domina un marco teórico que permita integrar los datos y, a la vez, se tiene el suficiente rigor como para que estos sean confiables, completos y oportunos. Ellas permiten, además, ir sedimentando conocimientos que serán utilizados luego por otros tesistas o científicos, de modo tal que se utilidad se proyecta mucho más allá de sus límites estrictos. Una Escuela de Agronomía, por ejemplo, puede ir logrando, por esta vía, un completo conocimiento de los suelos de una región; el tesista tal vez sienta que no está haciendo un trabajo que vaya a revolucionar la ciencia pero, en contrapartida, sabrá que sus esfuerzos resultarán de interés para muchos y serán posteriormente utilizados. Dentro de las infinitas posibilidades que se abren en este terreno cabe mencionar otros ejemplos, que mencionamos para estimular la búsqueda del lector: descripciones de especies de la fauna o la flora que todavía no se hayan realizado o completado; del comportamiento de ciertos materiales; de sucesos históricos; de algunas de las variables producción por ramas, empleo, exportaciones e importaciones, etc que son indispensables para conocer la economía de una nación; de comportamientos, expectativas y modos de vida de diferentes grupos sociales, etc.

Cabe reconocer, en este punto, que las investigaciones descriptivas no se distinguen de las explicativas por un límite bien preciso y marcado. Si la descripción de un fenómeno es suficientemente completa, si se relacionan entre sí las variables que utilizamos para hacerla y si se emplean adecuados criterios teóricos para analizar los datos tendremos, al final de nuestra descripción, algo más que una simple visión panorámica de lo que nos ocupa: estaremos en condiciones de entenderlo, en el sentido más completo de la palabra, lo cual supone llegar a una explicación. De allí que, en este sentido, es importante que el tesista no se debata en medio de lo que consideramos un falso problema, una distinción terminológica que no se corresponde con una paralela diferencia conceptual.

Ya acabamos de referirnos a las investigaciones explicativas. Anotemos que ellas se proponen, mediante la prueba de alguna hipótesis, encontrar relaciones entre variables que nos permitan conocer por qué y cómo se producen los fenómenos en estudio. Este tipo de trabajo implica, entonces, que los objetos a estudiar ya son conocidos de un modo suficiente, es decir, que contamos con una descripción de los mismos. De otro modo no podríamos elaborar hipótesis precisas, que pudieran ser puestas a prueba, o trabajaríamos meramente al tanteo, casi especulativamente, o mediante ensayos y errores.

La verificación de una hipótesis impone una disciplina metodológica bastante severa, por ello no aconsejamos emprenderla si no se tienen adecuados conocimientos al respecto. Es indispensable en todo caso, especialmente en pregrado, una constante asesoría tutorial. El estudiante que logra realizar felizmente una tesis de este tipo puede demostrar, entonces, que es capaz de dominar un instrumental metodológico bastante completo, y que posee el dominio de, al menos, un tema bien específico dentro de su campo de estudios. Pero, contrabalanceando lo anterior, tal tema habrá de ser por fuerza muy limitado, pues no es habitual que la verificación se pueda realizar rigurosamente cuando una hipótesis es amplia y general.

La conveniencia de emprender investigaciones explicativas varía grandemente de acuerdo al campo de conocimientos que consideremos. El estudiante de ciencias sociales, por ejemplo, encontrará que le resulta muy difícil y a veces hasta arbitrario el aislamiento de las variables en estudio; verá, por otra parte, que aunque alcance a verificar su hipótesis, ésta sólo cobrará sentido en el marco de un contexto mucho más amplio, al que habrá que hacer referencia necesariamente para que su estudio no quede como parcelado del entorno en que se presenta. No sucede lo mismo, por cierto, en el terreno de las llamadas ciencias naturales, donde la conceptualización ha avanzado lo suficiente como para permitir aislar y estudiar separadamente las variables que intervienen en la aparición de un fenómeno.

2.‑ Investigaciones Puras y Aplicadas

Los trabajos de indagación suelen clasificarse en puros o aplicados según su propósito esté más o menos vinculado a la resolución de un problema práctico. Si éste es el caso, si los conocimientos a obtener son insumo necesario para proceder luego a la acción, hablamos entonces de investigación aplicada; en caso contrario, naturalmente, cuando no existe una posibilidad directa de aplicación, estamos ante lo que se llama investigación pura. No está de más aclarar que las mencionadas no son dos formas opuestas, separadas entre sí, sino más bien tipos ideales, modelos abstractos que nos permiten entender mejor los fines extrínsecos de una investigación.<$FV. Sabino, El Proceso..., Op. Cit., pág. 58.> Lo que sucede en realidad es que existe una continuidad, que admite infinitas gradaciones y matices, entre los dos extremos polares mencionados.

Hemos observado que, en algunas instituciones, existe una verdadera preocupación por llevar al tesista a un tipo de trabajo que resulte de utilidad concreta, de aplicación más o menos inmediata y evidente. Comprendemos las motivaciones que pueden justificar esta posición, el rechazo al vano teoricismo que parece solazar a algunos estudiantes. Pero es preciso ser prudentes al respecto: muchas veces lo que se supone de aplicación concreta termina también olvidado entre los estantes de una biblioteca, dado que no hay ni el interés ni los medios para pasar a la ejecución; en otras ocasiones el producto obtenido la tesis carece de los elementos concretos que permitan llevarla a la práctica. En todo caso esta restricción puede operar negativamente, encasillando los esfuerzos de los tesistas, dando la falsa impresión de que sólo es útil para la ciencia aquello que pueda ser directamente aplicado. Tal criterio podría estar por completo fuera de lugar, especialmente en disciplinas como la historia o la sociología, la astronomía o la denominada física teórica.

Pero también es preciso ser flexibles en el caso opuesto, cuando se escogen problemas muy limitados y prácticos, pero de evidente interés concreto. Las disciplinas tecnológicas, como la ingeniería por ejemplo, se ven favorecidas en su desarrollo si las tesis dan ocasión a investigaciones que pueden ser aplicadas de un modo directo. Con ello el tesista, aunque no haga ni una descripción general ni una prueba de hipótesis, demuestra su pericia profesional y desarrolla una experiencia que podría resultarle invalorable para iniciarse en el ejercicio de sus actividades. Estas consideraciones pueden llevarse, incluso, un poco más allá: cumple con todas las funciones de una tesis aunque estrictamente pueda no serlo el diseño de un edificio o de una máquina, de una técnica productiva o de medición, el desarrollo de productos o de procedimientos. En tales circunstancias lo razonable, por cierto, es hablar de un trabajo especial de grado más que de una tesis.

3.‑ Investigaciones Bibliográficas y de Campo

No hay ninguna razón, como ya lo decíamos (v. supra, 2.2) para obligar al desarrollo de algún tipo de investigación en particular como punto de partida para la realización de una tesis. Lo repetimos ahora porque sabemos que existe a veces una cierta prevención contra los trabajos bibliográficos, que operan sobre la base de puros datos secundarios.<$FV. íd., pp. 90 y ss.> Ninguna jerarquía puede ser establecida entre las diferentes formas de investigación: ellas existen porque es preciso adaptarse, más bien, a diferentes problemas y objetos de estudio. Por eso no tiene sentido descalificar las investigaciones bibliográficas frente a las de campo, o privilegiar dentro de éstas a un tipo de diseño en particular, sea el experimental, las encuestas o los estudios de caso.

Por supuesto, es comprensible que en ciertas disciplinas haya una tendencia a preferir determinados modelos de trabajo. La biología, en todas sus diversas ramas, se beneficia grandemente de estudios de laboratorio mientras que, en tal terreno, la investigación puramente bibliográfica parece limitada a muy pocos especialistas, de gran experiencia y formación, que hacen una tarea centrada en la síntesis de conocimientos o en la reelaboración teórica. Algo similar sucede en varios campos de la física, por ejemplo, mientras que en las carreras humanísticas el trabajo de tipo documental es insustituible, a veces realmente el decisivo.

Se trata, por todo esto, de no adoptar esquemas rígidos, de estudiar cada caso en concreto sin dejarse dominar por lo que no son más que convencionalismos o hábitos intelectuales. El tesista, por lo tanto, habrá de definir un problema que esté al alcance de sus recursos, que le resulte interesante y que cuente con el aval institucional indispensable. Pero, más allá de estas restricciones inevitables, podrá jugar libremente con varias ideas y posibilidades, en un proceso en que poco a poco tendrá que ir tomando decisiones, precisando conceptos y problemas, hasta llegar a plasmar su primer documento de trabajo. Este alcanzará a adquirir la forma de un anteproyecto, o quizás sea en realidad un papel de trabajo todavía mucho menos claro y completo. Lo importante es que comience a escribir algo, que vaya avanzando en su investigación, aunque no tenga más que el objetivo de ir familiarizándose con la tarea que ha emprendido.


lunes, 17 de mayo de 2010

Normas APA y MLA

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Modern Language Association of America
Normas para corregir manuscritos

En líneas generales la revista intenta reducir al máximo las notas al pie de página, incluyéndolas dentro del texto y evitando así repeticiones de información. Los datos bibliográficos de los libros sólo deben ir desarrollados en la bibliografía que se encuentra al final de cada artículo. Se recomienda la concisión y brevedad en las citas intratextuales, y la información completa y precisa, sin escatimar dentro de la bibliografía datos que puedan servir al lector.
A. Bibliografía al final de los textos
Cada artículo debe ir acompañado por una bibliografía donde aparezcan todas las obras mencionadas y utilizadas por el autor. Debe estar organizada alfabéticamente por apellidos.
1) Libros
El orden en que deben aparecer los datos es el siguiente: apellido del autor, nombre.
Título del libro (cursivas). Lugar de publicación: Editorial, año:
Frye, Northrop. Anatomy of Criticism: Four Essays. Princeton: Princeton University Press, 1957.
Si el libro tiene un encargado de edición o un coordinador, debe incluirse después del título del libro: Colón, Cristóbal. Textos y documentos completos, ed. Consuelo Varela. Madrid: Alianza Universidad, 1984.
Si se tiene el año de la primera edición del libro y se considera pertinente colocarlo, éste deberá ir después del título:
Martín Barbero, Jesús. De los medios a las mediaciones. Comunicación,cultura y hegemonía. 1987.
México: Ediciones G. Gili, 1991.
Si el libro tiene 2 autores:
Magaña Esquivel, A. y Lamb, R. Breve historia del teatro colombiano. ...
3 autores:
Borges, Jorge Luis, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares. Antología de la literatura fantástica. ...
Más de 3 autores:
Müller Bergh, Klaus y otros. Asedios a Carpentier. ...
2) Artículos de revistas
El orden en que deben aparecer los datos es el siguiente: apellido del autor, nombre.
Título del artículo (entre comillas), Nombre de la revista (cursivas) volumen/número (año de publicación): páginas:
Adorno, Rolena. “El sujeto colonial y la construcción de la alteridad”, Revista de Crítica Literaria Latinoamerica 28 (1988): 55-68.
Concha, Jaime. “La literatura colonial hispano-americana: Problemas e hipótesis”, Neohelicón 4/1-2 (1976): 31-50.
3) Capítulos de libros
Debe citarse el título del artículo entre comillas, antecediendo al título del libro. Citar utilizando el apellido del autor del artículo al que se hace referencia: Apellido del autor, nombre. Título del artículo (entre comillas). Nombre del libro (cursivas), ed. Nombre del editor. Lugar de publicación: Editorial, año. Páginas: Goic, Cedomil. “La novela hispanoamericana colonial”. Historia de la literatura hispanoamericana. Tomo I. Época Colonial, ed. Luis Iñigo-Madrigal. Madrid: Ediciones Cátedra, 1982. 369-406.
Si se utilizan varios artículos de un mismo libro se deben incluir todos los datos bibliográficos en cada una de las referencias, y también incluir una referencia bibliográfica al libro completo, en la que aparezcan los editores o recopiladores al principio de la cita. Esto facilita al lector encontrar con rapidez y claridad el lugar donde se encuentran editados los artículos y el libro: Franco, Jean. “La cultura hispanoamericana en la época colonial”. Historia de la literatura hispanoamericana. Tomo I. Época colonial. Luis Iñigo-Madrigal, editor. Madrid: Ediciones Cátedra, 1982. 35-56.
Mignolo, Walter. “Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la conquista”. Historia de la literatura hispanoamericana. Tomo I. Época colonial. Luis Iñigo-Madrigal, editor. Madrid: Ediciones Cátedra, 1982. 57-116. Roggiano, Alfredo. “Bernardo de Balbuena”. Historia de la hispanoamericana. Tomo I. Época colonial. Luis Iñigo-Madrigal, editor. Madrid: Ediciones Cátedra, 1982. 215-224. Iñigo Madrigal, Luis, editor. Historia de la literatura hispanoamericana. Tomo I. Época colonial.
Madrid: Ediciones Cátedra, 1982.
NOTA: Cuando se cita en la bibliografía un autor que incluye un artículo o una preposición dentro del nombre, debe colocarse dentro de la bibliografía atendiendo a la primera letra del apellido y no a la preposición o artículo que lo antecede: Cruz, Sor Juana Inés de la Certau, Michael de
4) Periódicos
El orden en que deben aparecer los datos es el siguiente: apellido del autor, nombre.
“Título del artículo”. Nombre del periódico (cursivas). fecha (día, mes, año): secciónpágina: Cabrujas, José Ignacio. “Con real y medio”. Nacional. 16 nov. 1990: C-7.
Algunos periódicos contienen diferente información en sus distintas ediciones. En este caso es importante especificar la edición después de la fecha y precedido por una coma: Collins, Glen. “Single-Father Survey Finds Adjustment a Problem”. New York Times. 21 Nov. 1983, late ed.: B-17.
B. Citas Intratextuales
Las citas o referencias intratextuales deben marcarse entre paréntesis dentro del texto de la siguiente manera:
1) La información intratextual sólo requiere el apellido del autor y el número de la página. No se separan por ningún signo. Cuando son páginas no continuas, se separan con comas. No se utilizan las abreviaciones ‘p.’, ‘pp.’, ‘pág.’ o ‘págs.’: (Rorty 38) o (Heidegger 25, 42)
2) Cuando existen varias obras del mismo autor se le añade a la cita intratextual el año que corresponde en la bibliografía. El apellido del autor, el año de la edición y el número de la página no se separan por ningún signo: (Ricoeur 1969 33)
3) Cuando varias obras del mismo autor corresponden al mismo año, entonces se coloca una letra –en orden alfabético– al lado del año. Esta misma referencia debe mantenerse en la bibliografía al final del texto. Ejemplo: [En la Bibliografía]:
Davidson, D. (1997a) “Indeterminism and Antirealism”. En: Subjective, Intersubjective,Objective.
Oxford: Claredon Press, 2001. 69-84.
Davidson, D. (1997b) “The Emergence of Thought”. En: Subjective, Intersubjective, Objective. Oxford:
Claredon Press, 2001. 123-134.
[En el texto]: (Davidson 1997a 85) o (Davidson 1997b 42).
4) La abreviación ‘cf.’, usualmente empleada cuando la referencia no es textual, es opcional. (cf. Rodríguez 54)
5) Cuando la referencia bibliográfica no remite a un conjunto de páginas del texto, sino a toda la obra, se introduce sólo el apellido del autor y el año correspondiente (Lèvinas 1980)
5.1) Además, si el apellido del autor en cuestión se menciona explícitamente en la oración en la que aparece la referencia, sólo se escribe el año correspondiente, así:
Kripke (1972) esgrime una serie de argumentos en contra de la teoría descriptivista de la referencia de los nombres propios.
6) Cuando está claro el nombre del autor, puede incluirse únicamente el número de página (y si es necesario se incluye el año de la edición, si existen más obras del mismo autor; ver numeral 2).
7) Para enfatizar un subrayado, o cursivas resaltadas por el autor del artículo, debe escribirse dentro del paréntesis y después del número de la página: “énfasis mío”: (Rama 1990 31, énfasis mío)
8) Cuando en el mismo párrafo se cita la misma obra y la misma página, entonces se coloca “Ibid.”, entre paréntesis, en cursiva y sin tilde: (Ibid.)
9) Cuando en el mismo párrafo se cita la misma obra pero diferente página, entonces se coloca “Id.” en cursiva y el número de la página: (Id. 48).
10) Esto aplica a todos los casos, con excepción de los textos clásicos. En éstos se utiliza la convención canónica relativa a la obra a la que se hace referencia. Por ejemplo: Según señala Kant, “la unidad en la multiplicidad, criterio de la belleza pura, define las formas bellas”
(KU 267, 291), y describe aquella relación en la que el objeto se muestra al sujeto en su apertura más originaria.
Aristóteles despliega algunos argumentos para demostrar “que hay un principio y que las causas de los seres no son infinitas” (Met. 994a1-2).
C. Citas Textuales
1) Las citas textuales de más de cuatro renglones deben realizarse en un párrafo aparte, sangrado a la izquierda. Ejemplo:
Cabe señalar lo que, en su estudio sobre el mito de Antígona, nos dice George Steiner, refiriéndose precisamente a la interpretación que ofrece Hegel de esa figura trágica en la Fenomenología del Espíritu: Todo el discurso de Hegel representa una negativa a prestarle un carácter fijo, una definición formal. Esta negativa es esencial a su método y hace engañosos los conceptos de «sistema» y de «totalidad» que habitualmente se atribuyen al hegelianismo. En Hegel la reflexión y la expresión se mueven constantemente en tres niveles: el metafísico, el lógico y el psicológico, el último de / los cuales abarca a los otros dos en la medida en que trata de hacer explícitos los procesos de conciencia que generan y estructuran operaciones metafísicas y lógicas (35-36).
2) Cuando la cita es de menos de cuatro renglones puede incluirse dentro del texto, marcándola con comillas:
Por un lado la rechaza al ver su vanidad, y por otro se deslumbra: “Era tal la impresión que Aureliana me había causado, que no podía apartar mi vista de su precioso rostro” (Acosta de Samper 1990 383).
3) Si existen comillas dentro del texto que se cita, las comillas generales de la cita deben ser dobles y las que están dentro de la cita deben cambiarse a simples: Como lo señala Antonio González: “El núcleo social de la familia, a su vez, funciona como el modelo ‘natural’ de la comunidad nacional, con los mismos ideales de unión, y con las mismas jerarquías”.
D. Algunas Normas Estilísticas
1) Las palabras extranjeras van en letra cursiva:
Fiestas, celebraciones, performances o representaciones artísticas...
2) Se utilizan corchetes [...] para intervenciones u omisiones.
“…para ellos [los italianos] fue siempre así”, sostiene Pedro.
“Las letras equivocadas [...] se tachan con un signo o llamada, que se repite al margen”.
3) No deben tener notas al pie de página, ni los títulos, ni los epígrafes.
4) Las comillas siempre preceden a otra puntuación (la coma, el punto, etc.): Habla de la existencia de “montones de notas sobre una novela”.
5) En inglés y en portugués las palabras de los títulos llevan mayúsculas –excepto artículos y preposiciones: As I Lay Dying – O Crime do Padre Amaro En español solamente la primera palabra y los nombres propios: Maldición eterna a quien lea estas páginas. Los terribles amores de Agliberto y Celedonia.
En francés sólo las dos primeras palabras importantes del título: Les Femmes savantes. - Les Liaisons dangereuses
6) Se debe utilizar la mayúscula cuando se nombra un período o una corriente: Romanticismo, Modernismo, la Colonia, la Conquista, Edad Media. No así cuando se utiliza la palabra como adjetivo o nombre de lugar: “La poesía modernista de Darío”. “Había estado en la India antes, y se resolvió volver a vivir en la colonia”. “Los tapices medievales”.
7) Utilícese “pos” en lugar de “post” en palabras compuestas: Posmoderno – Pos-feminista
8) Palabras compuestas muy utilizadas, deben escribirse sin guión: Sociopolítico – Sociohistórico
9) Los números deben ser escritos en letras, dentro del texto: uno, dos, tres.
10) Las letras mayúsculas deben estar acentuadas. AMÉRICA – Álbum – LA NACIÓN
11) Se recomienda no usar abreviaturas y siglas en el cuerpo del texto. Si tuvieran que usarse (para uniformar criterios) nombramos algunas abreviaturas reconocidas y usadas por la revista:
Ant. (Antología) - Col. (Colección) - Comp. (Compilador) - Ed. (Editorial) - ed. (1ra ed.; 2da ed.) - ed.
(editor) - O. C. (Obras Completas) - seud. (Seudónimo.

MLA

Información sobre el nombre: Coloque su nombre y la información sobre el curso, en un bloque al principio del margen izquierdo a 2,54cm desde el tope de la página. (Esto es por defecto, justo debajo del margen superior)
Título: No se requiere título de página. Centrar el título abajo, dejando dos espacios desde la información de su nombre.
Espaciado: Doble-espacio en todas las páginas.
Márgenes: Márgenes de 2,54cm arriba, abajo, a la izquierda y a la derecha.
Sangrías: Cada párrafo dejando 1,25cm de sangría desde el margen izquierdo para la primer línea.
Página #: Poner la numeración en el margen derecho 1,25cm arriba del margen superior. Preceder al número de página con su apellido , como en Smith 4
Referencias: En el cuerpo del documento, las referencias son colocadas entre paréntesis usando el apellido del autor y el número de la página(s) donde se encuentra ubicada la información referenciada como en (Brown 21-24).
Pies: Utilizado solamente para notas explicativas que se explayan sobre puntos tratados en el documento.
Notas explicativas: En Doble espacio y formato superíndice cada número de nota de referencia. Usar una sangría de 1,25cm.
Trabajos Citados: Usado en lugar de bibliografía, Utilizar una página numerada separada. Su título sería "Trabajos Citados" centrada a 2,54cm desde el tope de la página. Doble espacio en todas las líneas. Usar una sangría flotante de 1,25cm para todas las entradas de fuentes. El apellido del autor va primero, en orden Alfabético.

Citas
Una cita es una expresión de una fuente o de un hecho, mención, o concepto. La mayoría de sus fuentes serán materiales de una clase u otra que se hayan publicado. De manera que, normalmente tiene que mencionar al autor, nombre de la publicación, dónde y cuando fue publicado quién lo publicó y en que página se encuentra dentro del material que ha utilizado. Por ejemplo, una referencia de un libro podría verse en la página de Trabajos Citados como sigue:
García, Fernando. Computadoras en el Espacio. Buenos Aires: HBL Editores, 1997.
En el documento, para una referencia entre paréntesis de este libro escribiría algo semejante a: (García 112) donde el hecho que usted ha usado del libro, estaba en la página 112.
No obstante esto, puede volverse más complejo. Hay Normas guía para artículos de enciclopedias, libros de una serie, libros con autores múltiples, artículos aparecidos en revistas, paginas web, información de base de datos, entrevistas personales, fuentes no publicadas como periódicos, noticiosos radiales , programas de radio, películas de cine, discursos… La lista es interminable...

Bibliografía
http://www.ideasyvalores.unal.edu.co/Normas%20MLA.pdf
http://www.jegsworks.com/Lessons-sp/words/report/mlaguidelines.htm