En la comunicación visual el factor predominante y de mayor relevancia es la imagen y como ésta construye mensajes.
Detengámonos por un instante a imaginarnos qué sucedería si, repentinamente, dejáramos de entendernos. Si dejáramos de comprender signos y señales.Todo dejaría de funcionar. No sólo no sabríamos si alguien nos saluda o nos amenaza, sino que no podríamos arreglarnos con los aparatos más familiares: el microondas (que se opera con números), el ascensor (ídem), el automóvil, cuyo tablero (convencional) perdería todo significado. El tráfico urbano se volvería un caos, al dejar de tener sentido el color de los semáforos. El suministro eléctrico se cortaría rápidamente: ni los operadores podrían coordinar las complejas tareas de la generación y distribución, ni podrían operar en forma individual y manual al no comprender los diagramas e identificaciones de los comandos de tableros y controles. Las radios y canales de televisión no podrían jugar ningún papel en este caos, ya que nadie podría entender lo que se transmitiera por ellas. El mundo se
detendría paulatinamente y la civilización, tal como la conocemos actualmente, desaparecería. Una parte muy importante de la humanidad sería incapaz de sobrevivir a estas circunstancias. Todo esto (y mucho más) a partir de una situación aparentemente sin mucha importancia: que los hombres no pudiéramos decodificar (comprender) signos. Es que los lenguajes con que los seres humanos nos comunicamos no sólo son una creación social, sino que son una de las condiciones de existencia de la sociedad. La humanidad no podría existir sin comunicación. Babel es la catástrofe global más terrible que puede imaginarse. La comunicación no es, entonces, un tema menor. La eficacia de la comunicación es un tema trascendente, que tiene mucho que ver con la calidad de la vida humana, con la calidad del funcionamiento
de las sociedades. Ello vuelve al tema importante para la escuela, impregnando toda su actividad, cruzando transversalmente todos sus contenidos, y no sólo como uno de los temas del área de lengua. Además, porque como con mucha lucidez apunta Prieto Castillo (1999) el hecho educativo es profunda, esencialmente, comunicacional. La afirmación de Prieto Castillo, que compartimos, es a la vez una ventaja en relación con este
material orientado a los docentes: todo docente es un comunicador, aunque no sea consciente de ello. Y esto es una muy buena base para empezar.
1) La intención comunicativa
Toda acción comunicativa humana se inicia en la necesidad (objetiva o subjetiva) de intercambiar información. A partir de esa necesidad surge la intención comunicativa, la búsqueda de alcanzar determinados objetivos mediante la acción comunicativa. Esta intencionalidad es un elemento importante, ya que la eficacia de la acción comunicativa sólo puede verificarse en relación con los objetivos propuestos (y alcanzados total o parcialmente, o no).
2) El emisor
Siempre tiene una cultura determinada. Maneja (puede operar) sistemas de códigos (lenguajes) con determinada habilidad.
3) Codificación
Este es el proceso mediante el cual el contenido del mensaje es descrito mediante un sistema de signos, un lenguaje.
Como veremos enseguida, este es uno de los momentos principales que deciden si el receptor podrá o no decodificar (comprender) el mensaje.
La codificación es un proceso complejo que comprende:
El proceso de la comunicación humana
Revisaremos el proceso de comunicación, para detenernos en aquellos componentes críticos, a los que conviene prestar mucha atención si se desea producir comunicaciones eficaces.
El esquema más simplificado del proceso de comunicación consta de tres elementos, los esenciales:
el emisor (quien produce el mensaje), el receptor (quien recibe y comprende –o no- el mensaje) y el mensaje, que contiene la información que se intercambia.
Para sortear innecesarias polémicas sobre modelos autoritarios y democráticos de comunicación, aclaremos que en este esquema los roles de emisor y receptor son intercambiables y no nos proponemos propugnar una comunicación unidireccional, sino, solamente, tratar de comprender en qué
puntos del proceso se encuentran las dificultades para comunicaciones eficaces (exitosas).
Un modelo más completo comprende otros elementos, además de los señalados:
a) La elección de los signos lingüísticos adecuados
b) La adecuación al canal por el cual se transmiten esos signos
La elaboración de documentos multimedia se ubica en este lugar del
proceso comunicativo, por lo que volveremos más detalladamente sobre
el mismo.
4) Mensaje
El contenido de la comunicación, convenientemente codificado y adecuado al canal, constituye el mensaje.
5) La decodificación
Es el proceso de comprensión del mensaje, de interpretación de los signos según los códigos del lenguaje utilizado.
Este proceso se realizará con mayor eficacia mientras mayor proporción del sistema de códigos sea realmente compartido
por emisor y receptor. Los sistemas de códigos, aun de miembros de la misma comunidad linguística, nunca son totalmente coincidentes, por lo cual, salvo para sistemas totalmente estructurados (como los lenguajes matemáticos), siempre hay algo de ambigüedad en cualquier mensaje.
6) El receptor
También tiene una cultura determinada, y una relación individual con el sistema de códigos (lenguaje), añadiendo al proceso de decodificación el filtrado según pautas culturales, sociales, religiosas, laborales, y otras: su propia experiencia de vida.
7) El ruido
En comunicación se llama ruido a procesos que afectan la comprensión del mensaje en cualquiera de las etapas del proceso, dificultando el acto comunicativo.
8) Realimentación o feedback
Es el proceso mediante el cual el receptor «acusa recibo» del mensaje recibido, informando al emisor de alguna manera sobre los resultados de la acción comunicativa, permitiéndole modificar el mensaje, si fuera necesario, para obtener mejores resultados.
Basado en el libro: Comunicación visual y tecnología de gráficos en computadora de Juan Carlos Asinsten.
miércoles, 18 de agosto de 2010
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